Don Malandrino

¡Aló aló!

Pasó un montón de tiempo desde que actualicé el blog y, desde Eddie Vedder y las Ukelele songs, pasaron muchas más canciones, muchos más muñecos, mucho trabajo, ideas y cambios que de a poquito comenzarán a manifestarse por aquí o por el FB.

Pero hoy es un día de publicación especial. ¡Y no sé ni cómo escribir esta entrada! Está íntimamente ligada a mis emociones y a esa lucecita que perseguimos sin saber que la tenemos adentro. No sé si me explico. Algo así como el espíritu, la fuerza que nos mantiene en pie y con vida. La Pura Vida. ¿No les pasa que al encontrarse ante personas vitales, felices, libres, geniales, desean ser así, aunque sea un poquito? Bueno, les aviso que la capacidad de ser así está adentro de todos nosotros. Sólo hay que ejercitarla, como a un músculo. Más ejercitamos, más libres y felices somos. A eso vamos ¿no?

Una de las formas, en mi caso, es hacer lo que amo y amar lo que hago. A veces ando de novia con mi novela, otras veces me caso con mi aguja de crochet o me enamoro de nuevo del piano. Lo que siempre pero siempre siempre siempre acompaña este amar y hacer es la música. Y la música que más escucho cuando estoy en modo creativo es la de Gogol Bordello. De hecho, Alma Mishto es Alma Mishto gracias a esta canción, que es como la vitamina por excelencia con la que recargo mis pilas a diario:



Les sonará medio raro que toque Beethoven en el piano, escriba novelas de amor, teja conejitos kawaii y que escuche punk gitano al mismo tiempo ¿no? Pero eso es la vida: Todo conectado en un mismo espacio y tiempo por alguna razón que generalmente nadie comprende.

Listo. Dicho esto, pasemos a lo que aquí nos convoca: Como son quienes me acompañan y enseñan a vibrar lindo en este camino que es la vida, hace meses que vengo con la idea de tejer los muñequitos de Gogol Bordello. Así tendré más que excusas para poder verlos de nuevo, como sea, cuando estén en Buenos Aires. Ya me veo persiguiéndolos con una caja llena de muñecos y eso es lo que amo de ellos: que me inspiran a hacer cosas divertidas. Y si no me creen, miren esto y confiesen: ¿no se les mueven las patitas siguiendo el ritmo?


Los conocí en persona en el 2012 cuando hicieron el after party después del show  (una reunión donde seguir con la música y tomar unas copas con los fans) y me mandé con mi amiga Moni, a hacer cosas divertidas (que en ese entonces eran, para mí, casi locuras). Prejuicio del sexo, drogas y rock'n'roll... se los tiro de un hondazo: el after party fue como una reunión de amigos en el living de mi casa. La banda es completamente querible. Son muy dulces, muy humanos, muy vitales, felices, libres, geniales. Sentí que los conocía de otras vidas. Y que quería ser como ellos. Vibrar así, tal cual.

Pude conversar con ellos, los pude abrazar (recargué pilas con esos abrazos, literalmente) y agradecerles por existir, más o menos. Pero al cantante, Eugene Hutz, no: me intimidó tanto su energía que apenas le pude decir "hi" con vocecita de hormiga. Encima de todo, me lo crucé camino a la parrilla (había asado, obvio) y me miró mostrándome el choripán que le acababan de dar: "Chorrizo..." me dijo con sus muchas erres, como preguntando si así se decía y yo ahí, pestañeando como una hormiga, con voz de hormiga: "iéa". Créanme: da la sensación de que si lo tocás con un dedo te va a dar corriente.

Fuente de foto: Gogol Bordello, fanpage

Quizás por eso lo empecé a tejer y me costó muchísimo terminarlo: por el tonto temor de que, al hacerlo, la excusa para verlos de nuevo sería más concreta, más imposible de eludir. Pero venciendo miedos es como llegamos a donde queremos llegar, creo que esto ya lo dije, así que lo terminé (me falta tejerle su companjera la guitarra) y espero que la próxima vez me salga algo más que "hi" y "iéa". Seguiré tejiendo a Sergey, Pedro, Oliver, Elizabeth, Pasha, Thomas y Michael. Miren, de verlos nomás ya me entusiasmo toda:

Izq a der: Michael, Thomas, Pedro, Eugene, Elizabeth, Sergey, Oliver, Pasha.
 Fuente de foto: Gogol Bordello, fanpage

¡Tengo para divertirme y tejer mucho, como Penélope! ¡Jijiji!

Listo. Tenía que contarles, sepan disculpar tanto texto, pero la síntesis no pega con la emoción que me genera todo este proyecto, con sus recuerdos y las causas y efectos que hacen que hoy esté acá, contándoles esto. Es imposible separar a esta banda y a su música de mis tejidos, Alma Mishto, este blog. Es todo muy montón.

Ahora sí: qué nervios. Les presento a Don Malandrino, Eugene Hütz (con camisa roja ♥ )...


   


 ...en su versión amigurumi casi kawaii (creo que nadie lo tejió antes... ¿será posible?)...

Chachánnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnn!


¿Más de cerca? ¿Un poquito?

Chacháaaaaaaaannnnnnnnnnnnnnnnnnnnn!!!



Ah, ya sé, de cuerpo entero quieren ver...

Chachaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaannnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnnn!!!




Y con Bee Girl-se-ha-formado-una-pareja...

Awwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwchacháaaaaaaaaaaan!!



¿Qué les parece? ¿Les gusta? ¿Le gustará al Don? ¡¡¡¡A mí me gusta montones!!!!! Les soy sincera: pensé que me saldría diferente, "con un aire" (o un viento)... Pero más lo miro y más me gusta, se parezca o no se parezca al modelo. Quedé más conforme de lo que pensé que podría quedar :) Y eso es ¡GENIAL!

Ahora, a seguir con el resto!!!!!!!

Y me voy, parafraseando una canción del quía: En la vida no hay cosas buenas o malas: somos nosotros quienes le ponemos el vestidito feliz o el vestidito triste. Tenemos la opción. 
¡Así que a elegir el camino de la PURA VIDA! 

Foto tomada de la web.


"In living and loving indeed we trust." 
Gogol Bordello



Party!




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